Empresa generadora de salud: ¿moda o estrategia?

Empresa generadora de salud: ¿moda o estrategia?
EJECUTIVO-EMPRESARIO-EMPRESA-SALUDABLE

Mercedes Rodriguez-Caro de la Rosa. Especialista en Medicina del Trabajo. Técnico Superior de Prevención de Riesgos laborales en Seguridad, Higiene Industrial y Ergonomía y Psicosociología Aplicada. Dir. Desarrollo de Proyectos e Investigación. División de Prevención y Medio Ambiente. SGS

Nunca antes ha estado tan valorado como ahora los conceptos “bienestar” y “saludable”. Asistimos a un bombardeo continuo por parte de los medios de comunicación. Me pregunto si no estaremos desgastando los términos y acaben perdiendo su fuerza y su condición. Pero está claro que la salud y el bienestar están de moda y han venido para quedarse.

El actual contexto socioeconómico ha propiciado que el bienestar en el trabajo se esté convirtiendo en un tema prioritario y estratégico para muchas empresas que apuestan por políticas e iniciativas que contribuyan, tanto al bienestar del trabajador como a la productividad y rentabilidad de la empresa.

El bienestar laboral implica que el trabajo se organice pensando en las personas, lo cual reporta beneficios tanto para los trabajadores como para las empresas que, además de cumplir con un imperativo ético, mejoran su productividad, reducen el absentismo y optimizan la gestión de los recursos personales.

Las principales compañías del mundo ya aplican programas de bienestar laboral con el fin de reducir las bajas por enfermedad, mejorar la productividad y favorecer la implicación de los trabajadores.

Diferentes estudios indican que las estrategias más efectivas son aquellas que alinean los objetivos de salud y bienestar con los de productividad, que trabajadores satisfechos laboralmente están más motivados, más comprometidos y son más productivos, lo que comporta numerosos beneficios tanto para el propio trabajador como para la empresa.1 A mayor satisfacción con el puesto de trabajo, mayor productividad, con lo que es obvio que los beneficios redundarán también en la totalidad de la empresa. El binomio está claro.

Invertir en el bienestar de los empleados es rentable. Las investigaciones muestran que “cada euro invertido en PST (Promoción de la Salud en el Trabajo) lleva a una recuperación de la inversión entre 2.5 € y 4,8 € debido a la reducción de costos del absentismo.”2

Al margen de los beneficios puramente económicos, si las compañías realmente desean tener un mayor retorno de la inversión, deben de poner todo su esfuerzo en crear unas condiciones y un ambiente de trabajo en el que los empleados se sientan cómodos, valorados y satisfechos.3 Una de las que ya invierte en prácticas de bienestar para sus empleados y lo hace desde hace años es Google. Admirada en cuanto a sus políticas de personal, publicó en 2014 que invirtiendo en políticas de bienestar para sus trabajadores ha conseguido aumentar su nivel de satisfacción un 37% en cinco años y su productividad en más de un 12%.4 Se pone por tanto de manifiesto que el aumento de la productividad de las empresas está directamente relacionado con el aumento del nivel de satisfacción de los trabajadores5.

Pero ¿es su organización una empresa saludable?

Los entornos de trabajos productivos y saludables, según Inmaculada Cerejido, son entornos laborales que permiten el cuidado de la salud corporal, intelectual y espiritual de todos los profesionales que trabajan en él. Son el resultado de políticas a corto, medio y largo plazo para que la empresa crezca en rentabilidad, que a su vez, ilusionan a los profesionales comprometiéndoles con el proyecto y con su propio desarrollo profesional y promueven un buen ambiente de trabajo. Por otra parte, implican la materialización de una RSC comprometida con el entorno social externo e interno”.

Hoy es una tendencia, y en un futuro inmediato será inexcusable la creación de entornos de trabajo productivos y saludables.

Si una organización pretende ser puntera, no puede obviar el momento histórico y económico que vivimos y el necesario cambio empresarial hacia un modelo de empresa saludable, que ayude a fortalecer situaciones laborales difíciles porque favorece la organización del trabajo y el bienestar de los trabajadores7; optimizando los recursos y mejorando el proceso productivo, crucial para la subsistencia. Garantizando la viabilidad de la organización a largo plazo.

Existen modelos de gestión de empresa saludable que se han desarrollado con cierta rigidez. Estoy hablando del modelo AENOR, inspirado en el de ambientes de trabajo saludables de la OMS. Así, establece los requisitos de un Sistema de Gestión de Empresa Saludable según los contenidos en el modelo de la OMS de ambientes de trabajo saludables y que si bien son importantes, sistematizan aspectos clave y se puede obtener un certificado, quitan flexibilidad frente a otros modelos capaces que recoger diferentes tendencias científicamente validadas y adaptarse a cada tipo de empresa.

El modelo de gestión de organización saludable debe ir más allá de la obligación legal y dirigirse a conseguir la transformación de la empresa como organización generadora de salud: segura, saludable y sostenible. Un entorno saludable es aquel que además de evitar, mediante el control de los riesgos laborales, que las personas enfermen o se lesionen por causa de su actividad profesio­nal, potencia y optimiza todos aquellos as­pectos positivos capaces de mejorar el nivel de salud de quienes trabajan en él.

Su empresa es saludable si dentro de su organización

  • Los trabajadores están más sanos, motivados y satisfechos
  • Si existe orgullo de pertenencia a la empresa
  • Si se favorece la retención de talento
  • Si existe un buen clima laboral
  • Si la empresa es atractiva para otros profesionales y capta nuevos talentos
  • Si se ha reducido el absentismo y la rotación de personas
  • Si se ha disminuido la accidentalidad, las enfermedades profesionales y los problemas relacionados con el trabajo
  • Si se preocupa por reducir el estrés y ayuda a conservar la energía al salir del trabajo
  • Si los mismos trabajadores, los clientes y los proveedores tienen una buena imagen corporativa de la empresa
  • Si se incorpora al trabajador en el esquema preventivo de la empresa
  • Si es un referente en el sector y dentro de la sociedad

Si su empresa cumple todos estos puntos está de enhorabuena. Los responsables de su compañía son líderes innovadores que promueven los cambios necesarios para desarrollar los nuevos valores centrados en la salud y conseguir la participación activa de todos los trabajadores. En cualquier caso contrario, le aconsejo que promueva la salud organizacional dentro de su empresa.

Cambiar la cultura de su organización no es una tarea sencilla y nadie le puede asegurar que lo consiga. A pesar de la buena predisposición de las compañías, para muchas de ellas es una asignatura pendiente la inclusión de la promoción de la salud y el bienestar en el Plan Estratégico Corporativo.

Para desarrollarse como organizaciones saludables es importante contar con el acompañamiento de profesionales que le ayuden a realizar un diagnóstico para conocer en qué punto se encuentra su organización como generadora de entornos saludables. Desarrollar acciones sin una justificación previa y simplemente para cumplir objetivos aislados no lleva al éxito en este proceso y por ello el diagnóstico se convierte en el punto de partida básico para diseñar correctamente un plan estratégico y fijar los objetivos a medio-largo plazo.

Por último, es importante evaluar el impacto de las actuaciones en la organización ya que nos indican como lo estamos haciendo, así como nos aporta información acerca de lo que podemos mejorar o dónde debemos actuar.8 En función de los resultados, se pondran en marcha acciones correctivas que nos permiten trabajar en las áreas susceptibles de mejora detectadas.

Los programas de salud y bienestar deben estar realizados por expertos específicos, recogidos en un Plan operativo y con una asignación presupuestaria para estas actividades, al margen de la parte destinada a prevención de riesgos laborales que está regulada y no debe de confundirnos.

Si la empresa apuesta por ello y busca resultados que le permitan valorar cómo mejorar la productividad del empleado tras haber participado éstos en programas de salud y bienestar, que sepa que son beneficios a medio largo plazo En el mismo sentido acontece en relación al estudio de la rentabilidad y ahorro de costes que estos programas suponen para la empresa. Si busca un retorno rápido a corto plazo, hay que decirle que ese no el objetivo.

Pero si busca convertirse en una empresa excelente, con trabajadores con sanos que generen menos gastos y más ingresos, trabajadores implicados y comprometidos y ser una empresa respetada en la sociedad y líder en su sector, ese es su camino.

El bienestar laboral es como una rueda pesada que le ha costado arrancar pero que ahora es imparable…

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