Ingerir diariamente la cantidad de líquido adecuada, además de saciar la sed, regula el buen funcionamiento del organismo. Hay que tener en cuenta que el agua es el elemento más abundante en la composición de nuestro cuerpo, con lo que es indispensable hidratarlo para mantenerlo sano. Una correcta hidratación nos ayuda a mantener el cuerpo sano, elimina toxinas, previene el estreñimiento, ayuda a mantener la temperatura corporal (que se regula mediante el sudor), mejora la lubricación de las articulaciones y ayuda a diluir las mucosidades.
Sin embargo, pese a todas sus ventajas, la mitad de los españoles no bebemos la cantidad suficiente de agua. La OMS recomienda, de forma general, 2.2 litros de agua al día para las mujeres y 2.9 litros/día para los hombres, pero la mayoría de nosotros nos quedamos en el litro y medio.
Pero… ¿sólo podemos hidratarnos bebiendo agua? Pese a que hacerlo es básico para conservar un buen estado de salud, existen alimentos ricos en agua, que también aportan su parte para cubrir las necesidades diarias de este líquido fundamental. Por ejemplo, los zumos, la leche, infusiones, frutas, verduras y hortalizas, son alimentos que contribuyen al aporte total de agua y hace que se alcancen los niveles adecuados de hidratación.