El agua es el componente más abundante del organismo humano, esencial para la vida: se pueden pasar varias semanas sin comer, pero tan sólo unos pocos días sin beber. El agua es un nutriente acalórico (no aporta calorías) necesario para que el organismo se mantenga correctamente estructurado y en perfecto funcionamiento. La pérdida de tan sólo un 10% del agua corporal supone un grave riesgo para la salud. Existen recomendaciones generales para el conjunto de la población, pero la hidratación es algo muy individual, depende de múltiples factores: edad, clima, sexo, perfil personal (deportista/sedentario), la existencia de patologías, etc…
En cualquier caso, todas las personas tenemos en común la necesidad de hidratarnos correctamente, especialmente en verano, ya que con el aumento de la temperatura nuestro organismo debe hacer un esfuerzo mayor para mantener controlada la temperatura corporal y por ende, perdemos un volumen mayor de agua a través de la sudoración. Por eso, ponemos a tu disposición una serie de claves generales para que puedas mantenerte hidratad@ y conozcas los síntomas propios de la deshidratación. Además, ponemos a tu disposición la Guía editada por el Instituto de Investigación Agua y Salud, que aborda de forma práctica y concreta estos aspectos.
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